Rasparla lengua. Primero, haz un enjuague bucal con aceite de sésamo orgánico (durante 5 minutos, bajo la ducha, por ejemplo), y luego enjuaga con agua limpia. No se debe tragar, ya que el aceite contiene todas las toxinas liberadas durante la noche. Por último, raspa la lengua con un rascador lingual. El resultado: un mayor confort
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